Es necesario redescubrir la urgencia y la belleza de anunciar la Palabra para que llegue el Reino de Dios, predicado por Cristo mismo

“El Sínodo de los Obispos ha reiterado con insistencia la necesidad de fortalecer en la Iglesia la conciencia misionera que el Pueblo de Dios ha tenido desde su origen… Por lo tanto, la misión de la Iglesia no puede ser considerada como algo facultativo o adicional de la vida eclesial… Es la Palabra misma la que nos lleva hacia los hermanos; es la Palabra que ilumina, purifica, convierte. Nosotros no somos más que servidores.. Es necesario, pues, redescubrir cada vez más la urgencia y la belleza de anunciar la Palabra para que llegue el Reino de Dios, predicado por Cristo mismo… La Iglesia, como misterio de comunión, es toda ella misionera y, cada uno en su propio estado de vida, está llamado a dar una contribución incisiva al anuncio cristiano.” (Ex. Ap. postsinodal Verbum Domini, n.92-93-94). Son algunos pasajes de la Exhortación apostólica postsinodal “Verbum Domini” del Santo Padre Benedicto XVI sobre “la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia”. Con fecha del 30 de septiembre del 2010, la Exhortación recoge los frutos de la XII Asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos celebrada en el Vaticano en octubre del 2008.
Los objetivos de la Exhortación, según cuanto ha afirmado Mons. Nikola Eterovic, Secretario General del Sínodo de los Obispos, durante la conferencia de prensa de presentación, son múltiples: comunicar los resultados de la Asamblea sinodal; redescubrir la Palabra de Dios como fuente de la renovación constante de la Iglesia; promover la animación bíblica de la pastoral y la formación Biblia de todos fieles; ser testigos de la Palabra; continuar, con renovado entusiasmo, la misión ad gentes y retomar con todas nuestras fuerzas en la nueva evangelización; promover el diálogo ecuménico; amar cada vez más la Palabra de Dios.
En lo que respecta a su estructura, la Exhortación Apostólica se divide en tres partes, cada una articulada en varios capítulos. Se inspira en el prólogo del Evangelio de San Juan. La primera parte, titulada “Verbum Dei”, “Subraya el papel fundamental de Dios Padre, fuente y origen de la Palabra, como también la dimensión trinitaria de la revelación”. Está dividida en tres capítulos: El Dios que habla ; La respuesta del hombre al Dios que habla; La hermenéutica de la sagrada Escritura en la Iglesia.
La segunda parte tiene por título “Verbum in Ecclesia”, “resalta que, por la divina Providencia, la Iglesia es casa de la Palabra de Dios que acoge al Verbo hecho carne y que ha puesto su morada entre nosotros (cf Jn 1, 14)”. Esta parte también esta dividida en tres capítulos: La palabra de Dios y la Iglesia; La liturgia, lugar privilegiado de la palabra de Dios; La palabra de Dios en la vida eclesial.
La tercera parte, tiene por título “Verbum mundo”, en ella se subraya “el deber de los cristianos de anunciar la Palabra de Dios al mundo en el que viven y trabajan”. Esta parte está dividida en cuatro capítulos: La misión de la Iglesia: anunciar la palabra de Dios al mundo; Palabra de Dios y compromiso en el mundo; Palabra de Dios y culturas; Palabra de Dios y diálogo interreligioso.
En la Conclusión, el Santo Padre Benedicto XVI exhorta a todos los cristianos "a esforzarse para tener cada vez más familiaridad con la Sagrada Escritura" (VD 121). La Palabra de Dio empuja a la misión, como lo demuestra el ejemplo de san Pablo, Apóstol de los gentiles. "Así, también hoy el Espíritu Santo llama incesantemente a oyentes y anunciadores convencidos y persuasivos de la Palabra del Señor" (VD 122). Ellos están llamados a ser "anunciadores creíbles de la Palabra de salvación en el mundo", comunicando "la fuente de la verdadera alegría... que brota del ser conscientes de que sólo el Señor Jesús tiene palabras de vida eterna (cf Jn 6, 68)" (VD 123). " Esta íntima relación entre la Palabra de Dios y la alegría se manifiesta claramente en la Madre de Dios, ‘Mater Verbi et Mater laetitiae’" (VD 124). (SL) (Agencia Fides 12/11/2010)