domingo, 21 de agosto de 2011

POSITIVO BALANCE DE LA VISITA DEL PAPA



La presencia del Papa en la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid ha completado exitosamente el programa de los actos de las mismas. Así, desde la multitudinaria concurrencia de gente, al formato de los actos y los discursos, catequesis y homilías del Santo Padre, han contribuido al éxito de las mismas.
Desde la recepción y despedida en el aeropuerto de Barajas, pasando por el vía crucis, la reunión del Escorial con religiosos, en la Almudena con seminaristas, la vigilia y Misa en Cuatrovientos, todos han sido entrañables actos pastorales de encuentros multitudinarios con los diversos sectores de la Iglesia y de la sociedad española, que han arropado al Papa con su afectuosa acogida, y atenta escucha.
Más allá de las críticas de los contestatarios con este tipo de visitas y su finalidad religiosa, desde unas posiciones obligado laicismo, hasta los melífluos halagos de sectores tradicionalistas –más papistas que el Papa-, hemos de destacar la extraordinaria y sencilla personalidad de Benedicto XVI, con su porte sencillo, su alta cualificación intelectual y su constante disposición espiritual, nos lo ha presentado como un auténtico maestro de fe, cercano, sencillo, profundo, con grandes dotes de pedagogía, paciencia y acogida.
Dicha personalidad, ha sido capaz de ganarse a casi todos los sectores de la sociedad española; desde la proximidad y práctica eclesial habitual, hasta los más distantes y críticos con una Iglesia jerárquica, que en cierto modo aún va a remolque de los tiempos. Punto este sobre el que internamente la Iglesia tiene que hacer un serio y profundo ejercicio de reflexión para un sincero discernimiento entre lo evangélicamente esencial y lo accidental, cultural y humano, para posibilitar un sensato, caritativo, esperanzador y profético acoplamiento a los signos de los tiempos del S. XXI.
Por consiguiente, siendo muy positivos los diferentes aspectos de la visita ad extra, cuyos frutos deseamos se extiendan por el mundo y perduren en el tiempo, no es menos cierto, que intra eclesiam tiene un importante y difícil trabajo que realizar, con el apoyo del orbe católico.


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