martes, 28 de junio de 2011

PROGRESIVO EXODO CRISTIANO DE TIERRA SANTA


                
               La presencia cristiana en los santos lugares va padeciendo una progresiva retirada, en particular en lo concerniente a la población cristiana residente en estos. Ya desde la conquista de Tierra Santa por parte del Islam produjo la erradicación del cristianismo en la zona, tras lo cual San Francisco y sus frailes aparecieron para poner presencia y cuidar dichos lugares, dando amparo a los peregrinos cristianos; habiendo sido una estancia solitaria de los franciscanos de unos cuatrocientos años.
                Posteriormente, con el Imperio Otomano dominando Palestina, hizo algunas concesiones a los cristianos ortodoxos griegos, en detrimento de la presencia de los cristianos católicos; si bien, entre unos y otros (incluidos los cristianos coptos, y armenios), la población cristiana en Tierra Santa llegó a tener una estimable presencia de casi el 30%. Si bien, en la actualidad, entre todos los grupos cristianos, no llega al 10%, entre los cuales hay pequeñas comunidades católicas, asistidas por los franciscanos nombrados custodios de Tierra Santa por una Bula Papal del S.XIV.
                Actualmente, la situación empieza a ser crítica para la presencia de cristianos en dichos lugares, según palabras del padre Artemio Vitores, Superior franciscano en Tierra Santa, dirigidas a un grupo de peregrinos murcianos que recientemente han visitado Israel. Resultando su acción apostólica y social seriamente dificultada, por las autoridades israelitas, que suelen retrasar años las autorizaciones para construir templos católicos, e incluso viviendas para cristianos de origen palestino, desposeídos de las suyas y de sus medios de vida tras la última “entifada” palestina contra los israelíes, en la que un muro segregó a la población de origen árabe de la de origen judío, limitando la libre circulación de los primeros por territorio israelí.
                Tal hecho, unido a la preeminencia judía, con su extensión territorial en forma de asentamientos, y a la confrontación con la comunidad palestina, hace que la minoría cristiana se vea confrontada a una difícil realidad diaria para vivir su fe libremente, y con la política de repoblación israelí, la especulación del suelo en aquel país es brutal, lo que dificulta enormemente la llegada de nuevos cristianos, por un lado, y facilita la marcha de aquellos cristianos que –con escasa cabida social y cultural entre las dos culturas mayoritarias, árabe y judía; y las grandes ofertas de dinero por sus casas, optan por emigrar. Lo que resulta en un progresivo éxodo cristiano de Tierra Santa.
                De forma que la Iglesia de Jerusalén – origen de la Iglesia cristiana- de nuevo vuelve a padecer una importante crisis, pese a la importante presencia misional, pastoral y testimonial de los franciscanos, con la asistencia a peregrinos, el Instituto de Estudios Bíblicos y de Arqueología Bíblica de Jerusalén, los diversos colegios –especialmente en zonas desfavorecidas, donde se da instrucción y formación a sectores marginados de la población.  Para cuyo detalle, recomiendo la visita de la web propia franciscana: www.custodia.org.
                En consecuencia, la Iglesia de Jerusalén, que en otro tiempo fue la “Iglesia madre”, actualmente pequeña y necesitada, que presta un servicio impagable al cristianismo por mantener la huella histórica de Cristo en Tierra Santa, algo de lo que Pablo VI denominó el “Quinto Evangelio”, tiene actualmente necesidad de apoyo de la Iglesia Universal para mantener su misión en la tierra de Jesucristo, María y los Apóstoles.

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