La actividad del Papa Francisco, gracias a
Dios no cesa, como lo muestra su tenacidad, laboriosidad, prudencia, humildad y
caridad al frente de la Iglesia Católica, muestra de ello es su última decisión
de nombrar como Secretario de Estado del Vaticano al arzobispo italiano Pietro
Parolín, actual Nuncio en Venezuela.
De esta manera el Papa Francisco da un paso
más en su anhelada reforma eclesial, poniendo en tan distinguido como
estratégico puesto a un prelado sabio, prudente y diplomático con el que defenestra
definitivamente al cardenal Bertone, que fue uno de los grandes errores de
Benedicto XVI, pues lo designó de su confianza para ayudarle a regir la Curia
vaticana y pronto salió en las quinielas de la sospecha al ser salpicado por el
caso Vatileaks, lo que al parecer llegó a calificarlo de traidor por la
indiscreta asesora papal Chaouqui en sus escritos de internet, posteriormente
retirados.
Ciertamente la posición de Tarsicio Bertone
en la Curia vaticana era insostenible, pues estuviera o no en los contubernios
vaticanos que dieron al traste con el pontificado de Benedicto XVI, realmente
se dieron y no fue capaz de gestionarlos eficazmente y evitarle al Papa que lo
había nombrado tan grandes quebraderos de cabeza como los del caso Vatileaks,
como tampoco rigió bien el gobierno curial que se fragmentó en banderías y
guerras de clanes mundanos, según las crónicas que se han dado a conocer, y que
determinaron que el anciano Ratzinger con suma honradez asumiera que él no era
capaz de poner orden y respeto en el mismo centro de la cristiandad.
Por tanto, Bertone para el Papa Francisco era
un “fardo pesado” del que tenía que prescindir, para ocupar ese estratégico
puesto para la anhelada reforma vaticana con persona más adecuada a tal fin,
que no hubiera generado tantas resistencias como las generó el salesiano
Bertone, quien por cierto, parece no le puso nada fácil al Papa su relevo ya
que manifestó que no se quería marchar. ¡Y es que para algunos clérigos la
obediencia parece que no está hecha para ellos, aunque bien saben ordenarla
para los demás..!.
Sin embargo la valentía y decisión de
Bergoglio no se amilanó ante un Bertone resistente, y ha prescindido felizmente
de él, nombrando a una persona que se dice está en las antípodas de su
predecesor, ya que además de tener formación diplomática es discreto, no parece
que tenga ansias de poder mundano, y sus servicios a la Iglesia están
manifiestos en su trabajo diplomático en China, Vietnám, España (ante el
gobierno socialista de Zapatero), y Venezuela con la que ha tenido que lidiar
con un gobierno peculiar, el bolivariano de Chavez y Maduro, con el que ha
sabido tratar con prudencia y mantener la independencia eclesial en unas
difíciles condiciones de fractura social.
Parolín, de ascendencia italiana y con 58
años, parece ser un gran acierto del Papa Francisco para la misión que tiene
encomendada, especialmente para que la Iglesia recobre el puesto de autoridad
moral que antes tuvo en el contexto internacional, que últimamente se ha visto
sumamente perjudicado por los escándalos en la Curia y de pederastia entre
algunos cleros en diversos lugares del mundo. De esta manera, Francisco y
Parolín tienen una complicada pero laboriosa empresa que llevar a cabo de
reconstruir la credibilidad de la Iglesia en el ámbito internacional, como el
resto de la Iglesia tiene una importantísima labor de recuperación del espacio
de evangelización en el mundo, para lo cual ha de alcanzarse mayor coherencia y
credibilidad, sólo alcanzable por vía de los hechos.
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