Mons. Ricardo Blázquez, arzobispo
de Valladolid ha sido elegido Presidente de la Conferencia Episcopal Española,
con una significativa mayoría de votos de los obispos españoles, en lo que
supone un significativo relevo, que puede implicar un fin de ciclo en la
Iglesia española, más acorde con los aires que viene imponiendo el Papa
Francisco a la Iglesia en general.
No parece que se trate Mons. Blázquez
de un llamado “hombre del Papa”, pero sí que está en más consonancia con el
pensamiento y talante del nuevo Papa que el saliente cardenal Rouco.
Sin embargo, Mons. Blázquez no es
la primera vez que accede a este importante cargo de la Iglesia española,
habiendo sido su mandato un paréntesis entre mandatos del cardenal Rouco, que
marcó significativas diferencias de estilo en el gobierno y pastoral de la
Iglesia española, al punto de escorarla a posiciones conservadoras, distinguiéndola
por tal motivo con especial significación entre el resto de las Iglesias
nacionales.
Mons. Rouco ha sido un obispo con
una tendencia muy conservadora dentro de la Iglesia, en unos momentos en que
los aires romanos iban por esa vía, si bien en España se enfatizaban esas
tendencias, pues se trataba de mostrarse como “más papistas que el Papa”.
Así en los pontificados de Juan
Pablo II y Benedicto XVI, se fue enraizando en la Iglesia un estilo más
conservador en lo doctrinal y espiritual, que dio en cierto modo la espalda al
Concilio Vaticano II cuya recepción por la Iglesia en general tuvo un
importante frenazo.
Sin embargo, con el acceso a la cátedra
de Pedro del Papa Francisco, por su propia personalidad austera, cercana a la
gente, y aún más abierta en lo doctrinal, en la línea conciliar del Vaticano
II, se hacía más que necesario un relevo en la cúpula episcopal española que
sintonizara con más eficacia y concordancia con los nuevos aires vaticanos. Por
lo que el relevo del cardenal Rouco era muy conveniente para no frenar el nuevo
impulso que el Papa Francisco está dando a la Iglesia, con un estilo distinto
al de Rouco, menos formalista, más abierto, cercano, humano, y por ello creemos
que más evangélico, sin que con ello se trate de menospreciar la labor pastoral
de Rouco, aunque se comprenda más propia de otro momento eclesial.
Mons. Ricardo Blázquez es un
hombre de Iglesia, moderado, intelectual, de una gran formación teológica, pues
ha sido profesor en la Universidad Pontificia de Salamanca, y tiene diversas
publicaciones teológicas de gran interés. Pero sobre todo es un hombre de
concordia, que seguro sabrá aprovechar las sinergias internas del episcopado
español para sacar el conveniente y necesario provecho. Y además es un
excelente Pastor, que se ha relacionado siempre bien con su grey, ha escuchado,
ha departido y ha compartido. En definitiva, ha hecho Iglesia por donde ha
pasado.
Por consiguiente, como lo
demuestra el numeroso voto episcopal que ha avalado su elección, Mons. Blázquez
cuenta con un importantísimo apoyo de la Iglesia española, que seguramente
fructificará en un nuevo estilo en la jerarquía en todos los órdenes de su ámbito
de actuación, que esperemos abra las puertas de la Iglesia española y la haga más
accesible, más próxima a las personas –creyentes y no creyentes-, y sobre todo
más evangélica en lo que suponga de testimonio coherente de Cristo –su guía-.
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