Las XXVII Jornadas Teológicas del ITM han
llegado a su fin con la última sesión dedicada al artículo de fe sobre la vida
eterna, sobre la que ha departido el prof. José Mª Roncero, especialista en
escatología.
El prof. Roncero ha desarrollado la temática
de la vida eterna, desde el artículo de fe proclamado en el credo
niceno-constantinopolitano, para lo cual ha hecho una profunda incursión sobre
la escatología cristiana, tomando de referencia los textos bíblicos, pasando
por la teología de los santos padres, y el Magisterio eclesial, con especial
referencia al Concilio Vaticano II, y a las aportaciones teológicas de autores
de las diversas épocas , con especial referencia al punto de vista franciscano,
y en particular de San Buenaventura, hasta las más actuales de Taillard de
Chardin, y por supuesto Ratzinger, de los que ha recogido algunas citas
ilustrativas para su conferencia.
En todo momento ha subrayado las líneas
teológicas que se imponen actualmente en el particular, sobre la “tesis del ya,
pero todavía no”, que supone en la vida eterna una continuidad distinta de la
vida actual, como el inicio ya aquí del Reino de Dios predicado por Cristo,
pero cuya plenitud se verificará en la vida eterna, de forma que no habría ni
una ruptura absoluta entre el mundo actual y el futuro esperado, pero tampoco
una continuidad plena, sino una continuidad con un considerable cambio al abierto
de la resurrección vivida por Cristo, que nos posibilita la propia resurrección
y la vida futura, sostenida sobre su potencialidad.
De igual manera, ha apelado a huir del
excesivo realismo de las posiciones materialistas, como de la excesiva ilusión
de las posiciones netamente espiritualistas, entendiendo la realidad de la vida
futura como una combinación armónica posibilitada por Dios entre ambas
posiciones, que nos llevará a una realidad nueva, una nueva creación.
Al tiempo que ha advertido sobre la tentación
de hacer “teología ficción”, como algunos autores han hecho –como si acabaran
de venir de las postrimerías para contárnoslas, cuando el propio Jesús dijo que
ni ojo vio, ni oído oyó, lo que Dios nos tiene preparado-.
Por consiguiente, considera que hay
suficientes datos revelados como para sustentar nuestra fe y esperanza cierta –como
decía S. Francisco- en la vida eterna, y así esperar la plena revelación del
Misterio.
Éxito del conferenciante, que ha recibido un
cálido y extenso aplauso de los asistentes, y sobre todo de concurrencia, en la
línea habitual de los días anteriores, en que se ha logrado el lleno del aforo
en el salón de actos del Instituto Teológico de Murcia.
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