El profesor de la Universidad Carlos III de
Madrid y secretario de la asociación de teólogos Juan XIII, Juan José Tamayo,
ha pronunciado una brillante conferencia en el hemiciclo de la Facultad de
Letras de la Universidad de Murcia, titulada “Ética liberadora frente a la inmoralidad de los mercados”, que
organizó el Comité Oscar Romero de Murcia.
Así
con una nutrida asistencia, el conferenciante hizo una severa crítica moral al
neoliberalismo imperante en nuestra sociedad de la globalización, al que
considera como una “nueva religión” de adoración al “dios dinero” (el nuevo “becerro
de oro” de esta civilización), cuyos templos son los mercados y los foros de
predicación son una mayoría de medios de comunicación.
Destacó
la raíz antievangélica de la ideología neoliberal, citando encíclicas del
magisterio romano (tanto de Juan Pablo II como de Benedicto XVI, que lo
declararon inmoral por sus nefastas consecuencias, como también de Francisco
que además lo considera inmoral no sólo en sus consecuencias sino también en
sus raíces). Debido a que el neoliberalismo entroniza un consumismo a ultranza,
un planteamiento antropológico individualista (que entronca no pocas veces con
el descarado egoísmo, como puede ser la apelación a la “competitividad” –que en
definitiva, viene a representar un “sálvese quien pueda”-), que además no
considera a la persona como un fin en sí mismo, sino como un medio para otros
fines (de producción y consumo –que valora a la persona en relación a lo que es
capaz de producir o de consumir, perdiendo su valor si no produce o no
consume-).
De
igual modo, refirió que en ese esquema neoliberal mercantilista lo que importa
es el negocio mercantil, quedando fuera del sistema todo aquello que no tiene
una traducción en valor económico, toda persona que no sea capaz de producir o
consumir, lo que lleva a amplias bolsas de marginalidad y pobreza; frente a las
que se muestra insolidario e incluso culpabiliza de su ineficacia, de resultar
una carga social inasumible.
Ante
esta situación el profesor Tamayo propuso una “ética liberadora” de este tipo
de nueva esclavitud (que citando Pikety calificó de retroceso al siglo XIX, por
la pérdida de valores éticos y sociales de nuestra sociedad en la situación
actual). Una ética que no pretendiera verse en un solo modelo religioso o
cultural, sino fruto de los positivos aportes éticos de los distintos credos y
ambientes culturales para que sea realmente liberadora y global.
En
ese sentido, apuntó finalmente, por determinados ejemplos personales de
testimonio y denuncia social desde posiciones de una “ética liberadora” como la
que tuvo Mons. Oscar Romero en El Salvador, el Papa Francisco con su giro eclesial
y su testimonio personal hacia un compromiso más evangélico (más sencillo y
auténtico en sus manifestaciones y valores, con prioridad sobre los pobres y
oprimidos que sufren la injusticia y desigualdad) como más urgente y
prioritario frente al énfasis de la ortodoxia y de la disciplina canónica de
sus predecesores.
Concluyendo
su exposición con la afirmación de la urgencia de una respuesta a los valores
paganos del neoliberalismo mercantilista con unos valores humanos desde una “ética
liberalizadora y global” que libere al mundo de la nueva opresión del dinero,
de la explotación del hombre y su comercio, por los sufrimientos e injusticias
que ello conlleva.
Finalmente
hubo lugar a plantearle preguntas al conferenciante por parte del público,
estableciéndose un interesante coloquio.
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